Aditivos alimentarios y otros ingredientes tecnológicos

Los ingredientes tecnológicos juegan un papel esencial en la industria alimentaria. Sin ellos no sería posible la comercialización de buena parte de alimentos que encontramos disponibles de forma habitual.

Gracias a ellos podemos obtener alimentos con una vida útil más prolongada, con una textura o características determinadas, y con una producción más eficiente, manteniendo la calidad y la seguridad alimentaria.

Los ingredientes tecnológicos cuentan con una regulación estricta para aprobación y están además sujetos a reevaluaciones periódicas en base a los avances científicos.

Características comunes de los ingredientes tecnológicos

Todos tienen en común que no se consumen por sí solos, si no que siempre van añadidos a otro alimento. Y en todos los casos se utilizan con un propósito tecnológico.

La naturaleza de los ingredientes tecnológicos puede ser tanto de origen natural como sintético. No obstante, su utilización solo se permite en alimentos procesados y por eso no los vamos a encontrar en alimentos frescos.

  Son clave en la industria alimentaria, mejorando la calidad y seguridad de los alimentos

¿Cuáles son los llamados ingredientes tecnológicos?

Podemos clasificar los ingredientes tecnológicos en 4 categorías:

• Aditivos
• Coadyuvantes
• Aromas
• Enzimas

Aditivos

Los aditivos se dividen en 27 clases funcionales dependiendo del fin con que se utilicen (colorantes, antioxidantes, conservadores, edulcorantes, emulgentes…). Una vez incorporado a la materia prima formarán parte del producto final y lo veremos reflejado en el etiquetado.

Podemos reconocerlos fácilmente por su número E, que es sinónimo de garantía de que ha pasado un control europeo hasta su aprobación. También podemos verlo reflejado por su nombre. En ambos casos, deberá especificarse la categoría de la función tecnológica ejercida.

Por ejemplo:

          Emulgente (E322)

          Emulgente (lecitina de girasol)

La dosis máxima permitida y los alimentos en los que pueden usarse cada uno de ellos está regulado en el Reglamento (CE) nº 1333/2008.

Coadyuvantes tecnológicos

Los coadyuvantes se utilizan en la transformación de las materias primas. Se emplean, por ejemplo, para facilitar la extracción de aceites, o facilitar algunos procesos industriales.

Si bien no tenemos una legislación europea armonizada, sí tenemos normativa de ámbito nacional que los regula, como es el caso del Real Decreto 773/2023 y otros.

A diferencia de los aditivos, se eliminan y no permanecen en el producto final. Como pueden quedar trazas se etiquetan únicamente si ese coadyuvante constituye un alérgeno de los tipificados en el anexo II del Reglamento 1169/2011. De este modo se protege a los consumidores vulnerables.

Se reflejarían con la fórmula “contiene” + nombre de la sustancia alérgena.

Aromas

Los aromas se añaden a los alimentos con el propósito de conferirles o modificar un olor o un sabor. Como ingredientes que son, también aparecen reflejados en el etiquetado.

Se designan con el término “aroma” que se puede completar con descripción más específica de acuerdo con el sabor.

Su uso se regula en el Reglamento (CE) nº 1334/2008

Enzimas alimentarias

Las enzimas son sustancias, normalmente proteínas, que aceleran reacciones químicas en los alimentos. Se utilizan en la industria para mejorar la digestibilidad, modificar la textura o facilitar la producción de alimentos fermentados como el queso, la cerveza o el pan.

De su regulación se ocupa el Reglamento 1332/2008

Las enzimas alimentarias que se utilicen en la fabricación o la elaboración de un alimento y sigan estando presentes en el producto acabado, aunque sea en una forma modificada deben indicarse en la lista de ingredientes.

  En resumen:

• Los ingredientes tecnológicos son fundamentales en la industria alimentaria, ya que mejoran la vida útil, la textura y la eficiencia de producción, manteniendo la calidad y la seguridad alimentaria.
• Los ingredientes tecnológicos incluyen aditivos, coadyuvantes, aromas y enzimas, y su uso está estrictamente regulado para garantizar la seguridad del consumidor.

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