¿Por qué no deberías pedir tu hamburguesa poco hecha?

El punto de la carne es la clave para una hamburguesa segura

Cuando pedimos una hamburguesa en un restaurante, es común que nos pregunten: «¿Cómo la prefieres, poco hecha, al punto o bien pasada?». Aunque esta pregunta pueda parecer un detalle más en la experiencia gastronómica, representa un problema serio en términos de seguridad alimentaria.

El punto de la carne es la clave para una hamburguesa segura ¿Por qué no deberías pedir tu hamburguesa poco hecha?

La carne picada, ingrediente principal de las hamburguesas, tiene un mayor riesgo de contaminación por bacterias como E. coli o Salmonella, que pueden causar enfermedades graves. A diferencia de los cortes enteros de carne, donde las bacterias suelen estar en la superficie y son eliminadas al cocinarlas, en la carne picada, estas bacterias se distribuyen por toda la mezcla. Por esta razón, cuando una hamburguesa se sirve poco cocinada, las bacterias dañinas pueden no ser eliminadas, lo que aumenta el riesgo de intoxicación alimentaria.

Nadie que sirva hamburguesas debería preguntarnos el punto de la carne, porque nunca podremos garantizar que nuestra hamburguesa no tenga E. coli, sin embargo, si sabemos que si los cocinamos completamente (70º C) y los mantenemos calientes hasta su consumo podemos haber eliminado las bacterias potenciales.

Consumir una hamburguesa poco hecha es peligroso, ya que solo una cocción adecuada garantiza la eliminación de las bacterias patógenas.

 Una hamburguesa bien cocinada no solo es deliciosa, sino también segura

 

Ofrecer hamburguesas poco hechas o preguntar el punto de la carne no solo representa un riesgo para la salud de los consumidores, sino que también contradice las normativas de seguridad alimentaria.

El punto de la carne es la clave para una hamburguesa segura 2 ¿Por qué no deberías pedir tu hamburguesa poco hecha?

Aquí es donde la cultura de la inocuidad alimentaria juega un papel crucial. Esta cultura se refiere a la conciencia y las prácticas de todos los involucrados en la cadena alimentaria, desde los productores hasta los cocineros, para garantizar que los alimentos que consumimos sean seguros. Sin una formación adecuada en este aspecto, se corre el riesgo de seguir cometiendo errores que pueden evitarse fácilmente.

En los últimos años, la cultura de seguridad alimentaria ha ganado importancia, siendo ahora un requisito legal desde 2021. Así todas las empresas alimentarias deben disponer de un plan de cultura de seguridad alimentaria.

En la cadena de seguridad alimentaria, todos los profesionales involucrados (desde agricultores hasta distribuidores, minoristas y profesionales de hostelería), deben formarse en cultura de la seguridad alimentaria para garantizar alimentos seguros y de calidad en cada etapa del proceso.

Si todos entendemos los riesgos y tomamos decisiones informadas, podemos disfrutar de alimentos deliciosos sin poner en peligro nuestra salud. La inocuidad alimentaria no es opcional, es una responsabilidad compartida.

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