3 Insectos comestibles

Cuando pensamos en insectos comestibles a nadie nos deja indiferentes. Ya seas de los que te produce curiosidad y te induce a probar cosas nuevas, o bien seas de los que solo nombrarlos te da repelús y jamás te los llevarías a la boca, te conviene saber que ya se permite comercializar en la UE tres especies de insectos. Deberás leer el etiquetado porque podrían aparecer como ingrediente de un producto que no te esperabas.

¿Por qué se comercializan ahora insectos comestibles?

La comercialización de insectos comestibles es reciente en la UE. Como en nuestro entorno no se usaban para el consumo humano antes del 15 de mayo de 1997 tienen la consideración de nuevo alimento y han de pasar los filtros legales pertinentes.

Cada insecto debe ser analizado y autorizado individualmente conforme al  Reglamento 2215/2283 que es la disposición que regula todos los nuevos alimentos. Aunque la autorización de los tres insectos que vamos a ver es muy próxima en el tiempo, desde 2018 ya podíamos ver en algunos supermercados insectos dispuestos para la venta para el consumo de personas. Esto es así porque algunos estados miembros como Bélgica, Holanda, Reino Unido, Dinamarca y Finlandia porque regularon de modo interno su comercialización.

¿Qué requisitos tienen los insectos comestibles?

Los insectos comestibles, al igual que cualquier nuevo alimento que se pretenda poner en el mercado, debe someterse a numerosas pruebas y recoger evidencias de que garantizan su inocuidad para el consumo humano.

Tales son, por ejemplo, datos analíticos sobre contaminantes, resultados de los estudios de estabilidad, datos analíticos sobre los parámetros microbiológicos, resultados de los ensayos de solubilidad del nuevo alimento para el estudio de genotoxicidad,  resultados de los estudios de digestibilidad de las proteínas o el estudio de citotoxicidad/toxicidad celular.

insectos comestibles 3 Insectos comestibles

¿Cuáles son los insectos comestibles que se pueden comercializar?

Los insectos que se comercializan actualmente son el grillo común (Acheta domesticus), la langosta migratoria (Locusta migratoria) y  las larvas del gusano de la harina (Tenebrio molitor). Es de esperar que la lista se amplíe en un tiempo breve.

En los tres casos pueden presentarse a la venta de forma congelada, desecada o en polvo.

insectos comestibles harina

Las larvas de tenebrio son formas juveniles de un escarabajo. Se conocen con el nombre de gusanos de la harina.

¿Cómo deben etiquetarse los insectos comestibles?

La denominación incluirá el nombre vulgar, el nombre científico y la forma de presentación.

En los insectos estudiados se ha visto que si bien puede provocar sensibilización primaria son pocos casos y deben ser analizados más exhaustivamente. También se ha concluído que pueden provocar reacciones alérgicas en las personas alérgicas a los crustáceos y los ácaros de polvo, debido a la reactividad cruzada. Esta circunstancia se debe trasladar al etiquetado para informar al consumidor.

El etiquetado de los productos alimenticios que contengan las formas congelada, desecada o en polvo del gusano de la harina (larva de Tenebrio molitor), de Locusta migratoria (langosta migratoria) o de Acheta domesticus (grillo doméstico), deberá llevar una declaración que indique que este ingrediente puede causar reacciones alérgicas a los consumidores con alergias conocidas a los crustáceos y a sus productos, o a los ácaros del polvo.

Esta declaración figurará muy cerca de la lista de ingredientes.

insectos comestibles comercializacion

Actualización:

Se añade a la lista de insectos comestibles de la UE las formas congelada, en pasta, desecada y en polvo de las larvas de Alphitobius diaperinus (escarabajo del estiércol).

En el etiquetado de los complementos alimenticios que contengan el nuevo alimento figurará una declaración en la que se indique que estos complementos alimenticios no deben ser consumidos por personas menores de dieciocho años. Además figurará la misma advertencia sobre reacciones alérgicas cruzadas que en los casos anteriores.

¿Comer o no comer?

El consumo de insectos tiene sus pros y sus contras. A su favor podemos citar que son un alimento saludable, rico en proteínas de buena calidad y similares a las que encontramos en la carne. Además, contienen grasas buenas y niveles altos de calcio, hierro y zinc. Son una buena alternativa.

Otro punto a favor es que son un alimento sostenible. Para producir un kilo de proteína procedente de insectos son necesarios muchos menos recursos que si la procedencia es de animales convencionales. Se necesita menos terreno, menos agua…

Además, la producción de insectos comestibles produce menos efecto invernadero. Son por tanto interesantes desde el punto de vista medioambiental.

Entre los contras están los prejuicios que tenemos hacia los insectos en general. No son un plato que esté dentro de nuestra cultura gastronónica y dar el paso puede ser difícil. Una forma de iniciarse en el consumo de insectos podría ser en forma de harinas. Ojos que no ven… 

El bolsillo es otro punto negativo. Actualmente resultan un producto bastante caro, con un precio por kilo comparable al del solomillo.

langosta insecto comestible

Ahora que lo sabes es tuya la decisión de comerlos o no. Y cuando te digan «¿Hace un snack de gusanitos?» o «Hoy comemos langosta», mejor pregunta… por si acaso…

¿Quieres saber más de los nuevos alimentos y su etiquetado? Quizá te interese el curso Etiquetado sectorial de los alimentos.

 

Autora: Ana Mª Chas Barba

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